viernes, 25 de noviembre de 2011

Capitulo 7


John está furioso con Juan que lo ha dejado de repente tras chingar.
--¡¡me las va a pagar. Ese niñato va a comer de mi mano y cuando ya no sepa vivir sin mi --pone cara de odio-- lo voy a destruir¡
Juan sale del edificio donde vive John muy contento. Se siente el mejor. Óscar y su madre ya están cenando cuando llega a casa.
--¡¡ya era hora, que poco considerado eres, hijo¡¡
A pesar de la amargura de su madre, Juan le da un beso y va a lavarse las manos. Óscar se levanta.
--¿¿¡y tú dónde vas?¡ --grita la madre.
--ahora vuelvo, vieja.
--¡¡vieja tu bisabuela¡¡
Mientras los hermanos cuchichean en el baño, Roberta mira su reflejo en la cuchara. Se siente más vieja de lo que es:
--¡¡por eso el maldito ese me dejó por otra más joven pero qué bueno que a esa perdida que me lo quitó le hizo lo mismo¡¡
Roberta se enfurece cada vez que piensa en su exmarido. Lanza la cuchara y se encierra en su cuarto. Los dos hermanos siguen hablando:
--veo que te has divertido con ese enfermo otra vez ¿no?¿vas en serio con él?
--¿con quién?
--pues con el auto que me contaste, ese que ya te lo has tirado dos veces.
--¡¡claro que no. Tú lo has dicho es un enfermo, sólo sirve para chingar ¿¿cómo voy a tener algo serio con él?
--¿y entonces? No puedes haber estado con otro.
--¡¡es un pedazo de macho, si lo vieras se acaban tus dudas sobre tus tendencias sexuales¡¡ --dice Juan con orgullo.
--¡¡eso es injusto yo aún no sé lo que es el sexo¡¡
--ni modo, los guapos me prefieren a mí ya deberías saberlo. Tú ni siquiera estás seguro si eres gay o no. Deberías probar con una tía antes de decidir.
A pesar de esa pequeña competición, los hermanos se llevan muy bien. Óscar pone sus manos sobre los hombros de Juan y los dos se van a cenar. Al ver que la madre no está Juan la quiere ir a buscar pero Óscar no le deja:
--nos va a amargar la cena, que haga lo que quiera.
--es que no puede estar siempre tan amargada.
--¡¡la culpa es del viejo¡¡ --dice Óscar con rencor.
--tampoco así. Se les acabó el amor.
--¿¿¿el amor?¡¡el viejo solo busca sexo y por eso hizo tanto daño a mamá¡
--de eso han pasado ya años, mamá lo tendría que haber olvidado y tú también.
Óscar mira molesto a su hermano. No le gusta hablar de su padre.


Al día siguiente, Félix llega a clase ansioso y con ganas de ver a Juan. Juan sólo lleva un bolígrafo. Por un lado a Félix le da pena porque está seguro que se irá después del examen pero se siente feliz por tenerlo delante. El guapo tartamudo está fuera del aula en la que harán el examen que está en frente de los lavabos. Su corazón comienza a latir con más fuerza cuando lo ve aparecer a él. Juan lo saluda con su habitual y dulce sonrisa y entra al lavabo. Félix siente un poco de vergüenza pero también deseo. Es que la puerta está abierta y ve los movimientos de él. Se pone muy nervioso pensando en si lo verá haciendo pis. Piensa que tal vez debería apartarse pero no lo hace:
--si le molesta --piensa --que cierre la puerta.
A Juan le pone nervioso las intensas miradas del guapo Félix. Empieza a dar vueltas sin saber bien qué hacer y finalmente se encierra en uno de los wáters. Félix por un lado se queda un poco decepcionado y por otro más tranquilo ya que estar cerca del guapo joven lo altera demasiado. Cuando sale Juan se queda apoyado en la pared que está al lado de los lavabos, justo en frente de Félix. Juan está solo. Félix lo devora con los ojos.
--dale Félix --se dice así mismo-- es una buena oportunidad de hablarle.
Aunque le gustaría mucho hablar con él es algo que le pone muy nervioso:
--¡¡no, no¡¡¿¿qué le digo? --se va diciendo.
Va teniendo una conversación consigo mismo para superar su miedo a acercarse a él:
--háblale de cualquier cosa --se va diciendo.
Pero apenas es un desconocido para Juan, tiene miedo de ser muy descarado. Además hablar no es su fuerte precisamente. No quiere que se vaya a burlar de él por gustarle el más guapo. Se queda con las ganas de decirle algo. Durante el examen no hace más que mirarlo. Está más pendiente de Juan que del examen. En un momento dado Juan llama a la profesora para preguntarle la hora. Cuando Juan entrega el examen Félix desea correr a su lado pero aún le queda demasiado por poner y no lo hace. Sigue pendiente de Juan.
--¿¿como te ha ido?? --le pregunta la profesora.
--muy bien, bueno supongo --dice él sonriente.
Luego profesora y alumno hablan del trabajo que él y otro chico tienen que entregar para sustituir la exposición oral que Félix tenía tantas ganas que hiciera y finalmente no hizo.
--mañana lo entregamos --sentencia Juan.
Finalmente se queda ahí parado sin saber qué hacer, quieto frente a la profesora con una sonrisa. Luego se va. Cuando Félix acaba su examen busca al atractivo chico con desesperación y se va a su casa sin haberlo vuelto a ver. Lo escribe en su diario.



"10 de noviembre de (miércoles)
Hoy he visto a Juan sólo en el examen. Juan es genial. Cada día estoy más seguro que Juan es un chico especial. Jamás en mi vida había conocido alguien como él. Es el mejor chico que nunca he conocido. El chico que cada momento me va enamorando poco a poco. El chico que me hacer vivir los momentos más bonitos de mi vida. Nunca imaginé que un chico me haría sentir tan vivo. Lo he buscado tanto después del examen pero no lo he encontrado. No estaba en la clase, tendré que esperar a mañana. Creo que no debo perder el tiempo y almenos acercarme a él para hablar, no puedo perder otra oportunidad como esta tarde. Pero por un lado pienso ¿para qué?¿es que tengo esperanza que un chico que puede estar con los más lindos se vaya a enamorar del tartamudo de la clase? Aún no sé lo que me está pasando con Juan pero es una joya que me encanta. Me muero por estar a su lado y siento celos de los que si están a su lado: como su amigo Jorge o el chico con el que hace el trabajo de lite."

Juan está en la plaza con su perro. Espera a John o en todo caso a Adrián. Está muy excitado.
--¡¡uno de los dos va a venir. Les dejé un buen sabor de boca¡¡
John lo está observando de lejos. Lo mira con deseo pero también con rencor:
--el niño este se tiene que enterar que con un hombre como yo no se juega.
Óscar está llegando a su casa.
--¿me recuerdas, guapo? –es John que se le acerca muy coqueto.
--¿hablas conmigo? –a Óscar casi le da un infarto.
John hace que sí y muy coqueto le dice:
--¿vamos a mi casa?
Óscar se sorprende mucho pero no se lo hace repetir. Pasan por el lado de la plaza y Juan se queda de piedra al ver a John con su hermano. Éste besa a Óscar mientras grita:
--¡¡me muero por que me chingues¡¡
Juan mira a la pareja con el rostro desencajado. Óscar mira a su hermano divertido y con cara de pensar:
--por esta vez me toca a mi. Al fin me desvirgan.
Juan los ve marchar furioso. Óscar quiere ser como su hermano pero está asustado.

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