martes, 22 de noviembre de 2011

capitulo 2



Juan llega a su casa satisfecho después de haberse acostado con Adrián. Su madre lo espera ya nerviosa.
--¡¡¿¿que son horas de llegar?¡¡
--mamá, no es tan tarde.
Roberta acostumbra a hacerse la víctima:
--¡¡cómo puedes ser tan ingrato conmigo, yo que me desvivo por ti¡¡¡soy padre y madre¡
La mujer, a pesar que hace muchos años de eso, sigue amargada por el abandono de su esposo.
--Mamá, tienes que vivir tu propia vida. No puede estar todo el tiempo pendiente de mi.
Roberta llora escandalosamente:
--¡¡yo he consagrado mi vida a ustedes desde el día en el que el malnacido de vuestro padre me dejó por una cualquiera y así es como me pagas¡¡¡¡No sólo tengo que aguantar que te veas con la hija de esa cualquiera sino que no me respetas¡¡
--mamá, es que una cosa no tiene nada que ver con lo otro.
Roberta se encierra en su cuarto, llora muy fuerte para hace sentir mal a sus hijos. Juan mira a Óscar que escucha música en su iPod. Así el menor de los Nonell ha aprendido a ignorar a su madre. Óscar se saca los auriculares y mira a su hermano:
--no le hagas caso a la vieja, ya sabes que es una amargada.
--si pero es que me duele que no sea feliz.
--pero tú no le ayudas mucho. No deberías ver a ese hombre y menos a la hija de esa.
Juan medio sonríe:
--parece que sí hayas escuchado a la vieja..
--Lo que pasa es que siempre te dice lo mismo y además en eso tiene razón.
--No vuelvas con eso, Óscar. Es nuestro padre y yo tengo derecho a estar con él y con mi hermana.
--esa no es nada nuestro y menos mal que papá le hizo a la madre de esa lo mismo que a la nuestra, dejarla por otra más joven y es que los tipos así no cambian nunca.
--ya no hablemos de eso que estoy de muy buen humor.
--¿y eso? No me digas que por eso has tardado.
Juan sonríe.
--¿has estado con un macho? pero si no me has dicho que conocieras ninguno --Óscar.
--¿y es que para eso hace falta conocerlo?
Los dos hermanos se miran con complicidad:
--No puede ser¡ --Óscar con cierta envidia.
Juan sonríe con orgullo y hace que sí con la cabeza.
--¡cuenta ,cuenta¡¡quiero todos los detalles.
--¡era un macho impresionante, con un cuerpazo increíble y un kilometraje que me da mil vueltas ¡me ha dejado seco¡¡
Óscar se excita escuchando a su hermano:
--pero dime. ¡¡¿cómo lo conociste?¡¡¿cuándo? ¿por qué no me lo has contado antes?
Juan se mira al reloj y dice:
--pues lo he conocido hace unos 35 minutos.
--¿¿¡se te regaló así como así?¡
--si, ya te he dicho ¡¡es un vicioso de lo mejor¡¡
--¿y en que has quedado?
--en nada. Si así es él pero con un macho como ese…¡¡yo encantado que me use y me tire¡¡
Los dos hermanos chocan sus manos con complicidad.
--pues que bueno que has echado un buen polvo. Ya era hora ¿no? hacia mucho que nada --dice Óscar burlón.
--tú no te rías que sólo hacía cinco días.
--sí, pero tú presumes que necesitas hacerlo todos los días.
Se pican entre ellos pero es con cariño, se tienen mucha complicidad.
--Y tú que hablas, aun eres virgen --Juan-- Hacerle unas mamaditas a algún amigo no es nada
--Vale, vale. Yo no tengo tu labia, pero algún día mi suerte cambiará.
--primero tendrás que decidir si te gustan los hombres o las mujeres… --le dice con cariño.
Óscar no tiene claro sí quiere acostarse con un hombre porque le gusta o por hacerle la competencia a su hermano.



Y mientras los dos hermanos siguen hablando, Adrián llega a su casa. Félix no imagina que el joven se acaba de acostar con el chico que le gusta.
--te cacalenté la cecena.
--¿y mamá?
--acocostada.
--Como siempre, sólo le importa ella.
--No didigas eso, Adrián. Peperder al homombre de su vida ha sido muy duduro. Él lo era totodo papara ella.
--si ya, pero mientras nosotros nos tenemos que espabilar solos.
--tú no te quequejes que yo lo hago totodo.
--nadie te obliga.
--¿vas a cecenar ya? no tartardes que rerecién acaacabo de recacalentarte la cecena.

A la mañana siguiente, Félix va a comprar, limpia la casa y luego mientras su madre duerme por culpa de las pastillas antidepresivas, el guapo tartamudo escribe en una libreta. Casi sin darse cuenta empieza a escribir un cuento. Es una historia de amor cortita en la que él y Juan se enamoran y son felices. Es sencilla pero le gusta y para ser su primera vez está bien. En la tarde llega feliz al instituto. En cada momento está pendiente de cuando lo va a ver. En un cambio de clase, el guapo joven ve a Juan mientras saluda efusivamente a uno (Jorge que también es de la clase) Y el guapo joven los mira e imagina que es él al que Juan saluda de esa manera. Se le cae la baba mientras lo mira. Juan lo ve y lo saluda. Félix se queda muy contento. Más tarde, Félix tiene una clase extra de una de las asignaturas que sí hace en una hora que no tocaba. Juan llega tarde y le sorprende al ver a ese profesor. A Félix le encanta la cara de sorpresa que hace él y luego el cambio de expresión que hace al acordarse que habían hecho un cambio los profesores. De no hacerse ese cambio, Félix no habría visto a Juan en esa hora. Así que está encantado. Félix no había tenido la oportunidad de escuchar hablar a Juan y por eso le encanta la larga intervención filosófica que hace Juan ese día aunque Félix no se atreve a mirarlo mucho. Le da miedo que él se vaya a dar cuenta de lo mucho que le gusta. Al regresar a su casa, Félix desahoga su alma en su diario. En esas páginas habla de ese sentimiento que está recién naciendo dentro de él y que se está apoderando de su alma.







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