viernes, 25 de noviembre de 2011

Capitulo 26






Juan se da una buena ducha fría. No quiere pensar en Félix pero se repite en su mente una y otra vez la imagen del sueño. Siente un placer tan real.
--pero ¿qué me está pasando?
Aunque Félix es muy guapo, no es el tipo de chico que le gusta. Nunca pensaría en él como para divertirse en la cama. Le parece incluso una falta de respeto tener esos pensamientos hacia Félix. Moja su cabeza, tiene la cara bajo el grifo. El agua recorre su cuerpo desnudo pero ni aún así se le baja la calentura. Sale desnudo, frente al espejo se seca. Sabe que Félix está enamorado de él, que podría acostarse con él sin problemas pero, aunque su sueño lo ha excitado, no es una noche de sexo con Félix lo que busca.
--¿y entonces? ¿qué me pasa?
Cubre su cuerpo desnudo con la toalla. Mira la hora. Aún no es tarde pero se ha querido acostar porque madruga.
--con la calentura que llevo no creo que puedo dormir.
Es pensar en Félix y se le pone dura. Juan se levanta sofocado.
--¡No, no puede ser¡
Agarra su celular. Llama a John. La primera opción es Adrián, es lo más fácil pero no le parece acostarse con Adrián para bajarse la calentura del hermano. John no le toma la llamada.
--Después del papelón qué hice ¡claro que no me quiere ni ver¡
Pero quiere tener sexo y de una manera fácil. Le pone un mensaje: “si no me tomas la llamada ya no nos veremos más”. John está verdaderamente dolido. Ha querido jugar con Juan y ha sido Juan quien ha jugado con él. Está preparando las maletas para abandonar el barrio. No quiere volver a ver a Juan, su recuerdo le hace sentir humillado. Juan tiene otra opción.
--Ramón? Soy Juan, el hermano de Óscar.
Ramón está desnudo en la ducha.
--¿y para qué me llamas? Estoy en la ducha.
--Tu hermano es gay ¿no? Me podrías dar su celular?
--Tranquilo, es él quien me aguanta el celular.
Ramiro está al lado de su hermano. Le da un infarto al saber que es Juan Nonell quien quiere hablar con él.









Félix deambula por las calles. Está muy atormentado por todo lo que ha pasado. Se siente morir. Piensa en Juan, en Óscar. No puede dejar de llorar.
--¡¡se burlaron de mi¡¡¡ ¡¡se burlaron de este pobre tartamudo¡¡
Las palabras de Óscar retumban en sus oídos. El pensar que Juan, al que tanto amó cuando lo conoció, es el que está detrás de toda esa burla se le ha clavado en el alma como un afilado puñal.
--¡¡si yo fuera normal jamás se habrían burlado de mi pero ¿¿qué culpa tengo yo de ser tartamudo?¡¡¡es que por ser así no tengo derecho a ser feliz¡¡?
Félix no deja de llorar. Sufre por un amor que aún está dentro de él. Sufre por Juan. Sufre por una ilusión que estaba naciendo. Sufre por Óscar. Sufre porque siente que esos dos únicos hombres que han importado amorosamente en su vida lo han traicionado y eso lo está matando.


Ramiro y Juan están en un motel de carretera. Juan lo va besando de camino a la habitación. Está muy caliente. Ramiro siente que está viviendo un sueño. Así lo mira a Juan.
--Nunca pensé que ibas a querer conmigo, creí que no te parecía suficientemente guapo.
--es que tú buscas un novio y yo no quiero eso --Juan.
Ramiro le tiene demasiadas ganas a Juan.
--Yo sólo quiero estar contigo.
Juan le sonríe pícaro.
--Va a ser el polvo de tu vida.
Entran en la habitación. Se desnudan el uno al otro. Caen los dos en la cama. El uno se la chupa al otro con ansiedad. Aunque Ramiro la tiene pequeña enseguida se le pone dura. No así a Juan que de tenerla dura comienza a disminuir. Eso tiene algo confundido a Ramiro.
--¿es que no te lo hago bien?
Juan va chupando la verga de Ramiro. Ha salido de su casa con la verga a punto de reventar. Está muy excitado.
--tranquilo, ya se espabilará.
Pero por más que Ramiro lo intenta, es imposible. Aquello sigue cada vez más blando. Juan no entiende qué le pasa. Tiene los ojos cerrados, está excitado chupando la verga de Ramiro pero está pensando en Félix. Está pensando que es con Félix con quien está aunque no quiere ni sabe porqué pero la imagen de su sueño se le repite una y otra vez. Está cachondo y no entiende porque no se le levanta.
--Juan, esto parece muerto –dice Ramiro.
--Verás que grande se me pone, Félix, tranquilo.
--¿¡Félix?¡ ¡Me dijiste Félix¡ ¡Me llamo Ramiro¡
Juan está muy sofocado porque está excitado, porque no hace más que pensar en Félix pero sabe que no podrá acostarse con Ramiro. Se levanta de la cama sofocado. Se sube los bóxers.
--Nunca me había pasado algo así, no se lo digas a nadie.
Ramiro necesita explotar. Acaricia la espalda de Juan.
--tranquilo, déjame hacerlo a mi. A mi me gusta las dos cosas.
Juan se muestra aturdido. Se sube los jeans.
--¡ni loco, yo soy activo¡
Juan se va a medio vestir.
--¡no me puedes dejar así¡ --suplica Ramiro.
Ramiro está desesperado. Siempre deseó acostarse con Juan pero ahora no puede creer que le haga eso. Juan está muy aturdido. No deja de pensar en Félix y siente una angustia que no entiende.

Félix llega a su casa en silencio. No quiere que su familia lo escuche. Se mete en su cama y llora. Se siente muerto en vida. No sabe cómo va a superar lo que le ha pasado. Quisiera cerrar los ojos y no despertar.

Óscar llega a su casa. Se ha vengado pero no está contento porque sigue virgen. Al ver que su hermano no está en su cuarto entra y registra sus cosas. Le gusta saber lo que hace su hermano. Le gusta imitarlo. Se sorprende al ver entre sus cosas de la escuela un sobre de color rosa. Está cerrado. Estaba escondido en la bolsa de Juan. Óscar está seguro que no debe haberlo visto. La abre. Es una carta de amor de una chica. La chica le dice que sabe que no es bonita pero que lo ama, que sueña con que él sea el primero.
--¿y está no se ha enterado que es gay?
Llama a Jorge.
--Oye, me puede averiguar el teléfono de la chica esa de los aparatos en los dientes y si tienes algo escrito por ella mejor.
--para qué? No me vayas a meter en uno de tus líos.
--Es para hacerle un favor a mi hermano.
--Yo me he tirado a su hermana muchas veces, ¿qué necesitas?
Óscar sonríe travieso por lo que se le ha ocurrido. Juan no verá esa carta.


A la mañana siguiente, Milagros recibe un mensaje en su móvil.
--Sé que tú me mandaste la carta. Te propongo una cita, me tienes que demostrar que es cierto que me amas. Mañana a las cuatro, en el motel de la playa. A oscuras, sin decir nada. No te arrepentirás. No me contestes, te espero, Juan.
Milagros salta de alegría. Óscar sonríe travieso. Con el celular de su hermano ha puesto el mensaje aprovechando que Juan está en la ducha. Borra el mensaje y sale del cuarto. Sonríe con cara de malo.
--Juan no me decía que probara con una chica?… pues ahora es la oportunidad.
Óscar sabe que Milagros es virgen y le excita la idea de estrenarla creyendo ella que está con Juan.

Algo más tarde, Paloma está comiendo con Juan.
--Estás muy tensa, ¿qué te pasa?
--he pensando mucho en si contarte esto, tú sabes quién es Félix, un chico tartamudo ¿verdad?
Juan siente que el corazón le va a salir del pecho. No entiende porque le excita tanto pensar en él.
--sí, ¿qué pasa con él?
--¿tú le pagaste a Óscar para que se acostara con él y burlarte tú de él?
--¡Qué tontería es esta¡
--Pues eso es lo que cree Félix. Ese muchacho te ama y ahora debe odiarte porque cree que te has burlado de él.
Juan, aturdido, acaricia la mano de su hermana.
--cuéntame todo.
A Paloma le da vergüenza pero le habla de Jorge, de todo lo que ha ocurrido. Juan no puede creer que su hermano haya sido capaz de tanto.

Milagros ha llegado a su cita con el supuesto Juan. Está muy nerviosa. Entra en la habitación.
--¿Juan?
En penumbra no distingue a Óscar de Juan. Está segura que es Juan y se entrega a él. Óscar y Milagros caen desnudos en la cama. Hacen el amor. Es la primera vez para ambos.







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